Lectura: 2 Pedro 3:10-18
Aguardando
la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y
Salvador Jesucristo. Tito 2:13
Han
ido y venido muchísimas predicciones sobre el fin del mundo. Estas cosas
perturban y suelen llenar de miedo a la gente, no obstante, la Biblia habla de
un tiempo llamado día del Señor, cuando El realmente volverá.
Sin
lugar a dudas, sucederá, pero solamente Dios sabe cuándo.
Los
seguidores de Cristo pueden anhelar que ese día llegue, a la luz de tal suceso
futuro, el apóstol Pedro declara como puede el creyente vivir con un propósito glorioso
(2 Pedro 3:10-18) mirar hacia arriba, viviendo de una manera que honre a Cristo
(v. 11); mirar hacia dentro, esforzándonos al máximo para estar en paz con Dios
(v.14); y mirar hacia fuera, estando alertas para que la influencia perjudicial
de otros no nos descarríe (v. 17).
¿Cómo
lo hacemos? … [Creciendo] en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo (v. 18). Cuando nuestro carácter madura a través de la
palabra escrita, empezamos a relacionarnos más íntimamente con Jesucristo, la
Palabra viva. El Espíritu Santo toma la palabra de Dios y nos guía en cuanto a cómo
debemos vivir.
El
día del Señor no debe ser una jornada de temor para los seguidores de Cristo,
nuestro Rey volverá para arreglar todas las cosas y gobernar para siempre.
Aguardamos ese momento con gran expectativa, es nuestra esperanza
bienaventurada (Tito 2:13)










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