Lectura:
Lucas 18:9-14
Digo…
a cada cual… que no tenga más alto concepto de sí mismo que el que debe tener,
sino que piense de si con cordura. Romanos 12:3
Después
de una cirugía menor de ojos, la enfermera me dijo: No mire hacia abajo durante
las próximas dos semanas. No cocine ni limpie. ¡La última parte de las
instrucciones era más fácil de cumplir que la primera! Las incisiones
necesitaban cerrarse, y ella no quería que les aplicara ninguna presión
innecesaria al mirar hacia abajo.
C.
S. Lewis escribió sobre otra clase de mirada hacia abajo que puede causarnos
problemas: En Dios hallamos a alguien que en todos sentidos es
inconmensurablemente superior a nosotros.
Mientras
seamos orgullosos no podemos conocer a Dios, el orgulloso siempre se cree por
encima de los demás; y claro, mientras estemos mirando hacia abajo no podemos
ver lo que hay por encima de nosotros (Mero cristianismo).
Jesús
relato una parábola sobre un fariseo que se sentía superior a los demás. En una
oración orgullosa, le dio gracias a Dios porque no era como los otros hombres
(Lucas 18:11). Mira despectivamente a los extorsionadores, los injustos, los
adúlteros y los recaudadores de impuestos que también están orando en el
templo. En cambio, el publicano sabía que era pecador delante de Dios y le
rogaba que fuera misericordioso con el (v. 13).
El
orgullo puede ser un problema para todos, dejemos de mirar hacia abajo a los
demás, y veamos al Dios que está muy por encima de todos nosotros.
La soberbia espiritual es la más
arrogante de todas las clases de orgullo.










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